La piorrea es una de las enfermedades bucodentales con mayor prevalencia en la población. Sin embargo, esto no debe confundirnos y hacernos pensar que es inofensiva. De hecho, es la principal causa de caída de dientes en adultos. Por eso, en este artículo queremos contarte por qué se produce la piorrea y cuál es el tratamiento para controlarla y prevenir los daños en la boca.

¿Qué es la piorrea?

La piorrea, cuyo término técnico es periodontitis, es una enfermedad periodontal que afecta a los tejidos que sostienen los dientes (encías y hueso alveolar). Esta patología tiene su origen en una higiene bucal insuficiente.

Por ello, la piorrea comienza con la acumulación de placa bacteriana alrededor de los dientes. Si dicha placa no se retira mediante el cepillado, con el tiempo se endurece y se convierte en sarro. El sarro ya no se puede eliminar con el cepillado y, a medida que se acumula alrededor de los dientes, causa daños más graves en las encías y el hueso alveolar.

De hecho, una piorrea que no se trata adecuadamente deriva en la pérdida de dientes, ya que las bacterias destruyen el tejido de soporte de las piezas dentales.

Causas de la piorrea

La piorrea es una enfermedad de las encías causada por la acumulación de bacterias en la boca. Esto sucede por una higiene oral insuficiente que, en la mayoría de los casos, está provocada por la falta de cepillado tras las comidas.

Sin embargo, hay casos en los que la piorrea se debe al empleo de una técnica de cepillado incorrecta. Es decir, la persona se cepilla los dientes pero no lo hace de la manera adecuada, lo que también deriva en una acumulación de bacterias. Esto puede suceder, por ejemplo, cuando el paciente no se cepilla por igual todos los cuadrantes o dientes de la boca o cuando el cepillado dura menos de dos minutos.

Factores de riesgo de la piorrea

Más allá de las causas, los factores de riesgo que predisponen a padecer piorrea son los siguientes:

  • Genética: los pacientes cuyos progenitores padecieron piorrea tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad.
  • Edad: el riesgo de sufrir una enfermedad de las encías aumenta a medida que cumplimos años.
  • Tabaquismo: fumar no solo es un factor de riesgo a la hora de padecer piorrea. Además, los componentes tóxicos del tabaco enmascaran los síntomas de la piorrea, lo que hace que la enfermedad se descubra más tarde, cuando está muy avanzada.
  • Cambios hormonales: los cambios hormonales en las mujeres, especialmente los que tienen lugar durante el embarazo o la menopausia, predisponen a padecer enfermedades periodontales.

Síntomas de la piorrea

La piorrea puede manifestarse con una amplia variedad de síntomas. Las señales más habituales son las siguientes:

  • Encías inflamadas.
  • Encías enrojecidas: las encías sanas se caracterizan por presentar un tono rosado, más bien pálido. Por ello, uno de los síntomas más claros de piorrea es el de unas encías de un color rojo intenso o brillante.
  • Sangrado de encías: puede ser espontáneo o producirse al comer o cepillar los dientes. El sangrado es uno de los síntomas que enmascara el tabaco, por lo que este signo puede no ser visible en las personas fumadoras.
  • Sensibilidad o dolor: al igual que en el caso anterior, las molestias en dientes y encías pueden darse de manera espontánea, al comer o al cepillar los dientes.
  • Mal aliento o sabor de boca: la acumulación de bacterias en la boca hace que el paciente experimente un mal sabor o aliento de manera persistente, incluso nada más cepillarse los dientes.
  • Pus alrededor de dientes y encías: la infección provocada por la piorrea también puede manifestarse con la presencia de pus.
  • Bolsas periodontales: son unos depósitos que se forman en las encías y que sirven para albergar las bacterias causantes de la infección.
  • Retracción de las encías: a medida que la enfermedad periodontal empieza a causar daños más severos en los tejidos de soporte, las encías comienzan a retraerse. El síntoma visible es que los dientes parecen más largos de lo normal.
  • Movilidad en los dientes: esta es una de las señales más graves de piorrea, ya que ocurre en las etapas avanzadas de la enfermedad. Fruto de la pérdida de soporte, el paciente tiene la sensación de que los dientes se aflojan o se mueven.
  • Caída de los dientes: este es, posiblemente, el peor síntoma de todos, y el único irreversible. Si la piorrea no se trata, acaba provocando la pérdida de piezas dentales.

¿Cómo se cura la piorrea?

Antes de nada, es fundamental destacar que la piorrea no tiene cura. Es una enfermedad crónica que, una vez que aparece, tiene una alta recidiva. Por ello, tiende a reaparecer con el paso del tiempo.

Por este motivo, el tratamiento de la piorrea se enfoca en controlar la infección y detener la progresión de la enfermedad, con el objetivo de prevenir los daños más graves (movilidad, pérdida de dientes…).

El tratamiento de la piorrea puede constar de diferentes pasos, en función de la gravedad de la infección:

  • Raspado y alisado radicular (curetaje): consiste en una limpieza mecánica de las encías y los dientes. Mediante este procedimiento, se eliminan las bacterias almacenadas debajo de la línea de las encías, en las bolsas periodontales. El raspado y alisado radicular es un tratamiento que se emplea en todos los pacientes que padecen piorrea.
  • Antibióticos: además del raspado y alisado radicular, algunos pacientes precisan antibióticos para ayudar a combatir la infección.
  • Cirugía periodontal: en los casos más severos, resulta necesario recurrir a una cirugía periodontal tras el raspado y alisado radicular. Esto está indicado cuando el paciente presenta unas bolsas periodontales demasiado profundas, que no son accesibles con los instrumentos (curetas) que se emplean durante el raspado y alisado radicular.

Como hemos mencionado, la piorrea es una enfermedad crónica que no tiene cura, por lo que el paciente que la ha padecido una vez deberá seguir una serie de indicaciones para prevenir o retrasar su reaparición:

  • Cambios en el estilo de vida: la persona deberá mejorar sus hábitos de higiene, lo que se traduce en cepillarse los dientes durante al menos dos minutos después de cada comida. Además, tendrá que usar hilo dental una vez al día. En otro orden de cosas, resulta recomendable que las personas fumadoras abandonen el tabaco.
  • Visitas regulares al dentista: todo paciente que haya sido diagnosticado de piorrea deberá acudir regularmente al odontólogo (cada 6-8 meses aproximadamente). En este caso, es fundamental que el paciente no se salte ninguna revisión.
  • Mantenimientos periodontales: además de para valorar el estado de salud del paciente, las visitas al dentista servirán para que este paute la frecuencia idónea de los mantenimientos periodontales. Los mantenimientos son higienes bucodentales profundas, en las que se elimina la placa bacteriana y el sarro.

Si tienes piorrea, o has padecido esta enfermedad en el pasado, te recomendamos que extremes la higiene bucodental en casa y que acudas al dentista con la frecuencia fijada por este.

Una piorrea bajo control permite llevar una vida normal. Pero, en caso de no recibir tratamiento, no solo se sufrirá la caída de dientes. La piorrea provocará complicaciones en cualquier procedimiento que se planifique para sustituir los dientes perdidos, como la colocación de implantes dentales.

Si necesitas una revisión, en la Clínica Dental Pérez Saavedra estaremos encantados de atenderte en una primera consulta gratuita. Tenemos un equipo de odontólogos e higienistas especializados en Periodoncia y liderados por el doctor Antonio Pérez, que cuentan con una amplia experiencia en tratamientos contra la piorrea.