Cuando una persona pierde dientes y pasa mucho tiempo sin reponerlos mediante implantes, corre el riesgo de que su hueso se reabsorba. Y que, como consecuencia, sea más difícil colocar implantes en el futuro.

Sin embargo, hoy en día, la Odontología ofrece soluciones para poder colocar implantes dentales en pacientes con poco hueso. Eso sí, se debe tener en cuenta que, en estos casos, será necesario realizar una intervención previa para regenerar o injertar el hueso faltante.

Esto se debe a que la colocación de implantes en pacientes con poco hueso está absolutamente desaconsejada. En caso de hacerlo, el tratamiento tendría unas grandes probabilidades de fracasar, ya que el implante no podría sujetarse adecuadamente y terminaría cayéndose.

Para que esto no te pase a ti, en el artículo de hoy te vamos a contar cómo se pueden poner implantes dentales sin hueso

¿Qué pasa si no tengo hueso para poner implantes?

Si has perdido algún diente y necesitas llevar implantes dentales, lo más adecuado es que acudas, cuanto antes, a la consulta de un implantólogo. Como ya hemos mencionado, el tiempo juega un papel fundamental a la hora de abordar el tratamiento. 

De esta manera, el profesional podrá valorar si tienes suficiente cantidad de hueso. O si, por el contrario, necesitará llevar a cabo, en primer lugar, una regeneración o un injerto óseo.

Mediante dicho procedimiento, el implantólogo conseguirá aumentar la cantidad de hueso, tanto en anchura como en altura. Y, con ello, crear una superficie lo suficientemente estable como para anclar los implantes dentales.

Como ya hemos mencionado, realizar esta intervención antes de colocar los implantes es fundamental. Si esto no se hiciera, los implantes terminarían cayéndose, ya que no serían capaces de soportar la fuerza ejercida por los dientes durante la masticación.

¿Cómo regenerar el hueso de los dientes?

Existen distintas técnicas para colocar implantes dentales a pacientes con poco hueso. En nuestra clínica, será el especialista en Implantología, el doctor Antonio Pérez, quien aconsejará qué tratamiento para regenerar hueso es el más adecuado.

En los siguientes apartados, te contamos cuáles son los diferentes procedimientos para aumentar la cantidad de hueso, tanto en el maxilar superior como en la mandíbula.

Elevación de seno maxilar

La elevación de seno maxilar es una técnica que sirve para aumentar la cantidad de hueso en el maxilar superior. Y, más concretamente, suele utilizarse en la zona de molares y premolares.

Para llevar a cabo este procedimiento, el implantólogo debe levantar la membrana de Schneider -la cual recubre el hueso maxilar- y crear un espacio entre este y la membrana. Dicho espacio servirá, por tanto, para injertar el hueso artificial.

El hueso artificial está basado en una sustancia denominada hidroxiapatita de calcio, la cual es biocompatible. Por tanto, no genera rechazos o problemas en el organismo.

Por lo general, tras este tratamiento, es necesario esperar alrededor de seis meses para poder realizar la cirugía de implantes dentales. Esto se debe a que la hidroxiapatita se va integrando, progresivamente, en el hueso natural del paciente.

Sin embargo, hay algunos casos en los que es posible colocar el implante inmediatamente después de la elevación de seno. Para ello, el paciente deberá tener, al menos, 4 milímetros de hueso natural.

Por tanto, para saber si en tu caso podríamos colocar los implantes dentales justo después de la elevación de seno maxilar, te recomendamos acudir a nuestra clínica y consultar con el doctor Antonio Pérez.

Injerto de hueso

El injerto de hueso es una técnica que permite incrementar el volumen óseo tanto en el maxilar superior como en la mandíbula.

Para llevar a cabo esta intervención, el odontólogo deberá realizar una incisión en la zona de la encía donde tiene que ir el hueso. De esta manera, abrirá una pequeña “ventana” e injertará dicho hueso. 

Dicho esto, es importante mencionar que el injerto óseo que se coloca al paciente puede ser de diferentes tipos:

  • Autoinjerto: el hueso procede del propio paciente. Por ejemplo, de su mandíbula. Esta es una de las opciones más recomendables, ya que este hueso no va a generar ningún tipo de rechazo. Sin embargo, muchas personas sienten cierta aprensión hacia el autotrasplante.
  • Aloinjerto: el hueso procede de un banco de huesos. Es decir, es de una persona fallecida.
  • Xenoinjerto: el hueso proviene de un animal. Generalmente, es de origen vacuno o porcino.
  • Injerto aloplástico: el hueso es sintético.

Dada la distinta procedencia de los tipos de huesos mencionados, el tiempo que deberá esperar el paciente desde el injerto óseo hasta la colocación de implantes dentales puede variar. Sin embargo, podemos decir que dicho periodo oscilará entre los tres y cuatro meses, aproximadamente.

Al igual que en el caso de la elevación de seno, lo más adecuado es que sea el implantólogo quien considere qué tipo de hueso es el más indicado para cada paciente.

Conclusiones

Como has podido comprobar, en la actualidad es perfectamente viable colocar implantes dentales sin hueso. De hecho, este es un tratamiento que se realiza todos los días con gran éxito.

Sin embargo, también debes tener en cuenta que este procedimiento añade un extra de complejidad al tratamiento de implantes dentales. Y que, por ello, es fundamental que sea realizado por un implantólogo experimentado. 

Por ejemplo, en nuestra clínica, es el doctor Antonio Pérez, que cuenta con más de 35 años de experiencia, quien lleva a cabo los tratamientos de regeneración e injerto de hueso.

Si eliges un buen implantólogo evitarás que te pase lo que vemos en nuestra consulta cada día: pacientes que acuden a nosotros con implantes mal colocados o a punto de caerse, con infecciones o dolor. Todo ello producido por un tratamiento implantológico mal planificado o ejecutado.